domingo, 5 de marzo de 2017

HISTORIA DE LA RADIO

HISTORIA DE LA RADIO

Dicen que muchos de los grandes inventos de la historia se descubrieron por casualidad o por lo menos que las aplicaciones para los cuales fueron pensados derivaron en usos completamente distintos. Algo así sucedió con la Radio.
A finales del siglo XIX se vivían años de incertidumbre política en gran parte del mundo (situación que parece no haber mejorado con el tiempo), con guerras que amenazaban la estabilidad de las grandes naciones de la época, lo que impulsó a una gran parte de científicos, universidades y laboratorios a tratar apresuradamente de encontrar un nuevo sistema de comunicaciones que no necesitase cables para transmitir la información, el principal inconveniente del telégrafo.
Guglielmo Marconi 1901
Basándose en las experiencias previas de Hertz a partir de 1886, diferentes grupos de investigación buscaron fórmulas para alcanzar esta telegrafía sin hilos y lograr así una ventaja militar sobre sus rivales, gracias entre otras cosas a la posibilidad de comunicarse con las tropas a largas distancias y especialmente con los navíos en alta mar.
                                                       


Aunque tradicionalmente se atribuye el mérito del invento de la Radio a Marconi, la verdad es que sistemas similares o algunas de sus partes estaban siendo desarrollados en diferentes lugares del mundo de forma simultánea, aunque no podemos negar que Marconi tuvo el mérito de saber integrar en un único equipo los conocimientos existentes hasta la fecha relacionados con el envío y recepción de ondas electromagnéticas descubiertos por Hertz, Tesla, Branly, Lodge o Popov.
Gracias al nuevo invento, la escalada armamentística dio un giro fundamental, ya que el mundo se hizo más pequeño, cualquier nación podía difundir mensajes, consignas e instrucciones atravesando fronteras y accidentes geográficos de forma prácticamente instantánea, aunque con un menor grado de seguridad.
Sin embargo, la Radio pronto pasó del mundo militar al civil permitiendo el acercamiento de la información y la música a las masas, que ya nunca más estarían aisladas del resto del mundo.
La considerada como primera transmisión radiofónica del mundo se realizó en la Nochebuena de 1906, desde Brant Rock Station, Massachusetts, en la que se pudo escuchar la canción "Oh Holy Night" y unos pasajes recitados de la Biblia.
A partir de ahí los sistemas de radiodifusión se fueron extendiendo progresivamente por el mundo, aunque no fue hasta la década de 1920 cuando comenzaron las primeras transmisiones regulares con programas de entretenimiento.
Posteriormente, hacia 1937 aparecieron los primeros sistemas basados en modulación de frecuencia (FM) que complementaron a los de modulación en amplitud (AM) y que permitieron minimizar los problemas de interferencias y reducir la estática en los receptores debida al propio equipamiento y a las condiciones ambientales.

Primeros receptores

La Radio ya estaba inventada y existían emisoras en diferentes partes del mundo. Sólo hacía falta que el nuevo sistema de comunicaciones llegara a una gran parte de la población. Para ello eran necesario crear receptores capaces de sintonizar las emisoras que no fueran muy costosos.




                                                                            

Esquema circuito detector de radio
El rey de estos primeros receptores económicos fue la radio de galena. Basado en un cristal semiconductor de sulfuro de plomo (galena), era capaz de captar señales moduladas en amplitud (posteriormente también se descubrió que podían recibir señales FM) en la banda de onda media y onda corta.

Su principal ventaja era su bajo coste y que no necesitaba alimentación externa, ya que toda la energía la recibía de las propias ondas de radio. Esto tenía como resultado un bajo nivel del audio, que además variaba con el nivel de señal que se captaba.


                                                                                       
radio válvulas
Si se quería más calidad en el audio y que la emisión se pudiese escuchar por varias personas a la vez era necesario dar un paso más y optar por sistemas de recepción con algún tipo de amplificación.
Al principio estaban basados en válvulas de vacío, lo que hacía que los receptores fueran equipos de grandes dimensiones y peso que si bien resultaban apropiados como centro de ocio familiar en los hogares, no podían ser llevados por los usuarios en sus desplazamientos cotidianos.

                                                                                                             
                                                                                       

Estos problemas se resolvieron cuando décadas después el transistor comenzó a imponerse (aunque a algunos nostálgicos aún siga sin gustarles) en los equipos de audio domésticos, permitiendo un nuevo salto en los receptores y en las funcionalidades de los mismos. La Radio moderna había nacido.

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